miércoles, 8 de junio de 2016

LA COLECCIONISTA DE FOTOS (II)

“Saluda a la zorra de tu hermana de mi parte”.

¡Bang!
¡Bang! 

El tiro a bocajarro libera otro poquito del alma atormentada de Serena, mientras la voz grave y profunda canta Te sientes tan fuerte que piensas  que nadie te puede tocar…

Saca la última foto de Samuel: atado a la mesa plegable, con la cabeza ensangrentada, golpes por todo el cuerpo y un corte que atraviesa su rostro desde la frente al mentón, como dividiéndolo en dos. Con las manos y el miembro amputados. Y el tiro aún humeante entre ceja y ceja. Serena se siente plenamente satisfecha con su trabajo. Después de todo, aquella asignatura de fotografía del instituto le ha servido para algo.

***
Samuel ya sabía de antemano que ese sería su final, aquellos sueños de un mar embravecido, los cuchillos a su alrededor y los gritos de aquella chica del pasado no presagiaban nada bueno. Pero el golpe definitivo fue el sueño con su desaparecida hermana Paula, con un aspecto horrible, llena de cortes, y diciéndole que hay que saldar cuentas con el pasado. “Todo se paga, Samuel. Todo se paga. Ella está cobrándose la deuda… todo se paga Samuel.”

No podía imaginar que ELLA seguía viva. Era imposible, él mismo se encargó del asunto. Decidió que solo era un sueño provocado por la desaparición de Paula y su propia imaginación. Aun así, tanto el mal presentimiento como la sensación de mal cuerpo se instalaron en su vida y la angustia le atenazaba. Algo no iba bien. Y entonces supo que ELLA había vuelto. Lo que no sabía era que apenas 24 horas después estaría muerto y sería la segunda foto en su particular y escalofriante colección.

"Todo se paga, Samuel"