sábado, 24 de octubre de 2015

SENSACIONES


      Porque el deseo es una pregunta 
      cuya respuesta nadie sabe.

      LUIS CERNUDA



El deseo, las fantasías, la imaginación.
Las pruebas, los intentos, las ganas de más.
Las musas, los Adonis, la primera inspiración.
Una caricia, la piel de gallina, un escalofrío.
Otra caricia, un suspiro, una quimera.

Una sonrisa sensual, un pequeño jadeo, una agradable sensación.
Tensión, excitación.
Un suave susurro, ojos cerrados, un gemido ahogado.
Humedad entre las piernas.
Manos sin experiencia, manos que exploran, manos que hallan.

Ritmo creciente, caricias aceleradas, jadeos incansables.
El corazón bombea rápido.
La vida se escapa, líquida entre las piernas. El placer es intenso.
Mi cuerpo tiembla. Soy de placer. Soy sensaciones vivas.
La palabra placer recorre mi cuerpo.

El primer orgasmo nunca se olvida. 







jueves, 15 de octubre de 2015

¿EXILIADOS PERO LIBRES?


En la bandera de la libertad
bordé el amor más grande de mi vida.

FEDERICO GARCÍA LORCA

Las recientes imágenes del drama de Siria han golpeado la mentalidad y la conciencia del mundo entero. Imágenes de niños muertos en playas calladas, de familias que se aferran desesperadas a las vías del tren, de la tensión de miles de personas que intentan subir a ese mismo tren que tal vez ni siquiera arranque, de una periodista pateando a refugiados. La imagen de ese adolescente adulto, sensato y sincero: “No queremos ir a Europa, sólo paren la guerra en Siria”…

Todas esas imágenes nos sorprenden, nos indignan, nos queman por dentro. Por suerte, también nos llegan imágenes de personas que cogen su coche y van a recoger a cuantos pueden, de personas que reparten comida y agua, de voluntarios tejiendo mantas. Y las gracias infinitas reflejadas en las miradas de los que ese día tendrán algo con que llenar sus vacíos estómagos o con qué protegerse del frío.Sin embargo, y por desgracia y estupidez del hombre, esas imágenes son viejas. Tan viejas como el propio mundo, que vino de serie con las guerras y el exilio.

Como española, me vienen a la mente imágenes no tan lejanas de esos compatriotas que huyeron de su tierra durante o tras la guerra civil (1936-1939) y que marchaban con lágrimas en los ojos y el miedo en el cuerpo. Aquellos españoles reflejados en coplas de la época (porque la copla no fue siempre franquista, ni mucho menos) como El emigrante, En tierra extraña o Suspiros de España, aunque esta última no en todas sus versiones.

Y de esos héroes anónimos poco conocemos, como suele ocurrir en estos casos. Se sabe que los que tuvieron buena suerte y huyeron a México, Argentina o Estados Unidos, se libraron del posterior nazismo (aunque, por ejemplo, la dictadura argentina no fue menos dura). Pero muchos de los que huyeron de España hacia Francia, Alemania u otros países europeos en busca de una vida mejor, se toparon de frente con el nazismo y los campos de concentración o exterminio, tan solo un año o dos después de su marcha. Lo suyo fue pan para hoy y nazis para mañana.

Recuerdo que cuando estudiaba, me explicaron ese tópico literario que incide en el poder igualador de la muerte. Y de la guerra, añado de mi propia cosecha, porque ésta tampoco distingue ricos de pobres, listos de tontos, sanos de enfermos… Y es por ello que tenemos numerosos ejemplos de artistas, intelectuales y políticos que sufrieron el horror de la guerra y el del exilio (entonces, el término refugiado era poco o nada frecuente).

En este artículo, repasaremos la historia de algunos de estos españoles famosos, exiliados durante o después de conflictos bélicos.