viernes, 30 de agosto de 2013

NÉMESIS Y LAS FURIAS (III)

Y como un huracán llega, siento su presencia allí… 

Aurora cierra los ojos y dice: “Esa mujer está aquí. Y dice que está muy enfadada contigo porque no le haces caso”.

Consciente de que mi abuela está en la habitación y de que puede oírme, protesto:

-      A ver… ¿cómo voy a hacerte caso si no me dices nada? No puedo hacer nada si sólo me miras y no hablas. ¿No lo entiendes?

-      Ella te habla, pero tú no la escuchas. Y está molesta…

-      No sé por qué pero no puedo escucharte, no me dejan abuela. Lo siento…

Aurora está con los ojos cerrados, escuchando atenta las palabras que mi abuela nos dedica, aunque yo no pueda escucharla.

-      Dice que no entiende qué ha pasado, que no sabe dónde está y que no hay luz. La veo arrinconada en un sitio solitario, frío y oscuro. Se ha quedado ahí anclada, aun no pasado a la luz.

-      ¿Pero cómo puede ser? Llevas más de diez años muerta… ¿has estado deambulando todo este tiempo abuela?

-      No, creo que ha estado en ese sitio, sin moverse. Dice que tiene miedo del juicio…

sábado, 24 de agosto de 2013

NÉMESIS Y LAS FURIAS (II)

Han pasado un par de semanas desde la primera vez que vi a mi abuela mirándome con cara de enfado, y las cosas no van a mejor. Llevo un par de días casi sin dormir. Las “visitas” de mi abuela y su dedo acusador se repiten y la fatiga no me abandona. Esta mañana me he tenido que dar una ducha casi fría para despejarme antes de irme al conservatorio… ¡menos mal que estamos en junio! Hoy tengo que estar fresco, que tengo el examen final con los de historia de la música. 

-      Venga chicos, os quiero separados y sin trastos delante en cinco minutos. Y que nadie pregunte si el examen es fácil…

Los chicos se distribuyen con cierta pereza pero podemos comenzar el examen a tiempo. Se les nota plenamente concentrados, sobre todo por el silencio sepulcral que hay en el aula. Y aprovecho para echar un vistazo a los exámenes que hice el día anterior en otro curso.

miércoles, 21 de agosto de 2013

NÉMESIS Y LAS FURIAS

Todo está oscuro. Estoy en el sofá y no puedo moverme, pero oigo pasos alrededor de mí, y una respiración fuerte, acechándome. No puedo moverme, es como si estuviera clavado en el sofá. Respiro de forma acelerada, siento que me ahogo y entonces todo se para y la veo en la puerta.

Mirándome, seria, como si me acusara. No dice nada, solo me mira con su cara de enfado, levanta un dedo acusador hacia mí y luego desaparece. Hago fuerza para levantarme pero sigo como anclado al sofá.  Hago un esfuerzo mayor y por fin consigo moverme. De forma brusca me levanto del sofá, despertando entre sudores y con una taquicardia considerable.  

¿Se puede saber qué ha sido esto? ¿Sueño, pesadilla, algo paranormal? Necesito unas vacaciones, llevo demasiadas cosas a la vez… el trabajo como profesor en el conservatorio, la banda de rock, el grupo de teatro… ¡Maldito estrés! 

sábado, 3 de agosto de 2013

GÉNESIS (III)

Por eso un día,
vi por última vez
tu figura recostada en el rojo fondo de la habitación
donde conocí más furia que ternura
y te dije adiós
desde el caliente fondo de mis entrañas,
desde el río de lava de mi corazón.
[…]
Para nunca jamás
esta Eva verá espejismos de paraíso
o morderá manzanas dulces y peligrosas,
orgullosas,
soberbias,
inadecuadas
para el amor.

Eva advierte sobre las manzanas, Gioconda Belli



Eva ha cambiado su actitud respecto a Adán. Ya no huye de sus miradas, ahora se las devuelve adornadas con sonrisas, con una mezcla de inocencia y picardía que a Adán le resulta irresistible. Aprovecha el deseo que él siente para ir ganando terreno, ir librándose de tareas y venciendo la resistencia de Adán. Y cualquier excusa es buena para pasar tiempo con él…

-      Adán, ¿me echas una mano en la cocina? Aun no le he pillado el truco a cocinar el pato a la naranja y tengo entendido que tú eres todo un experto – le dice con una sonrisa inocente y cara de niña buena.

-      ¿Pato a la naranja? ¿Celebramos algo?

-      No, simplemente he pensado que a la Creadora le gustaría una cena diferente. Y tal vez a ti también… Pero en fin, lo que quiero es que me eches un cable. ¿Te animas?

-      Claro… conociéndote, si no lo hago cenaremos pato a la brasa.

-      Exagerado… - le dice sacándole la lengua – Venga, ven y ayúdame…