jueves, 11 de julio de 2013

LA MATÉ PORQUE ERA MÍA

“Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”.

EDUARDO GALEANO





“La maté porque era mía”, frase utilizada durante siglos, unas veces con convicción y otras como excusa para justificar algo injustificable: el asesinato de la que supuestamente era la mujer de tu vida. La llamada violencia de género es una lacra que machaca nuestra sociedad. Cada año mueren en España una media de 60 mujeres, de las cuales solo entre un 15% y un 20% habían denunciado.

La ONU (1993) define la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada”.

Debemos tener en cuenta que habitualmente la violencia física llega tras un proceso de violencia psicológica y/o verbal, cuyo objetivo es anular a su víctima para poder manipularla mejor. Afirmaciones del tipo “No vales nada”, “Sin mí no eres nadie” que a base de repeticiones se interiorizan. Esto ocasiona que haya víctimas que creen que se merecen los golpes, que es culpa suya, que han sido ellas quienes han provocado esta situación. Y por ello, el porcentaje tan bajo de denuncias que hemos mencionado (de ahí y de otros factores como el miedo o incluso la vergüenza). 

Por otra parte, tenemos la suerte de que como hecho sociocultural que es, la violencia de género hace décadas que intenta combatirse desde las instituciones públicas, y también desde iniciativas privadas. Y entre todas estas iniciativas (públicas y privadas), me gustaría remarcar  “18 segundos”, una campaña en la que 18 mujeres del mundo de la cultura, el arte y el deporte han sido fotografiadas por Iván Hidalgo y el pintor mexicano Alejandro Marcos, para representar la dimensión social de los malos tratos a las mujeres. Algunas de esas imágenes son las siguientes: 


  


Además, movimientos como el FEMINISMO tratan de conseguir la igualdad de la mujer y que ésta tenga la suficiente formación y el suficiente apoyo público para poder evitar o hacer frente a estas situaciones. Por ello, consideran que sería positivo introducir en la educación el análisis crítico de la situación de la mujer. Comprender cómo la discriminación de la mujer sigue siendo una realidad (salarios más bajos, dificultades en entrevistas de trabajo, violencia de género…). Y evitar que se sigan transmitiendo las ideas que hacen que las relaciones afectivas se vean como una relación de propiedad, de ahí la conocida frase de “la maté porque era mía”.

Es necesario tener en cuenta qué van a aprender los jóvenes sobre las mujeres… ¿Queremos seguir transmitiendo a nuestros alumnos, hijos o sobrinos que las mujeres tienen que ser bonitas y dulces, y que su sitio siempre está por debajo de un hombre? ¿Queremos que interioricen que los chicos no lloran, que son fuertes y que deben mandar? Actitudes como éstas son las que colaboran a perpetuar la violencia de género. Por ello, es necesario que desde la educación enseñemos a nuestros niños y adolescentes a convivir desde el respeto y la igualdad. Debemos inculcarles que hombres y mujeres SON IGUALES, que ambos son capaces de hacer las mismas cosas y que por tanto merecen las mismas oportunidades… Pero sobre todo, debemos inculcarles que las relaciones afectivas se basan en el amor, en el cariño, en el respeto, y que NO se trata de una relación de propiedad. Eso sí, hay que remarcar que esta no es solo una tarea de la educación, la sociedad en general debe colaborar.

Afortunadamente, se intenta concienciar a la población sobre este tema cada vez más. Prueba de ello es su salto a la comunicación de masas, concretamente, a la música y el cine. 
En la música son numerosas las canciones que tratan el tema:
Andy y Lucas, “Y en tu ventana”
Bebe, “Ella”
Bebe, “Malo”
Manuel Carrasco y Malú, “Que nadie”
No te va gustar, “Nunca más a mi lado”

Por fortuna, estas canciones tratan de denunciar el maltrato. Pero también podemos encontrar algún ejemplo de todo lo contrario. Una canción que incita o podría incitar a ello es una famosa copla española titulada “Te lo juro yo”Compuesta por dos de los grandes compositores de ese género musical, León y Quiroga, esta copla nos cuenta lo enamorada que está una mujer de un hombre al que ha perdido y por el que está dispuesta a lo que sea. Normalmente la cantan mujeres, aunque también algún que otro cantaor se ha lanzado con ella. Su letra es contundente: “Yo no me di cuenta de que te tenía/ hasta el mismo día en que te perdí,/ y vi claramente lo que te quería / cuando ya no había remedio pa mí./ Llévame por calles de hiel y amargura,/ ponme ligaduras y hasta escúpeme./ Échame en los ojos un puñao de arena,/ mátame de pena... pero quiéreme. Los versos hablan por sí mismos. Este tipo de actitudes de sumisión y dependencia son las que debemos intentar evitar desde la educación.

Como decía más arriba, en el cine contamos también con cortos y películas que tratan este tema. Las películas causan una sensación diferente a las canciones, puesto que el impacto visual de las imágenes de violencia explicita y elementos como los gritos de la víctima o los insultos del maltratador posiblemente sean más impactantes.

Destacan las siguientes películas:
Celos (1999)
Solo mía (2001)
Nunca más (2002)
Cicatrices (2005)
Vindicación (2010)
Nagore (2010)




Y para finalizar os dejo tres enlaces de artículos sobre violencia de género de tipo sexual. 
Miedo, impotencia, rabia, rencor…




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