“Hay
criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más,
como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de
propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno,
ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por
miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre
es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”.
EDUARDO
GALEANO
“La maté porque era mía”, frase utilizada durante
siglos, unas veces con convicción y otras como excusa para justificar algo
injustificable: el asesinato de la que supuestamente era la mujer de tu vida.
La llamada violencia de género es una lacra que machaca nuestra sociedad. Cada
año mueren
en España una media de 60 mujeres, de las cuales solo entre un 15% y un 20%
habían denunciado.
La ONU (1993) define
la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia basado
en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto
si se producen en la vida pública como privada”.
Debemos tener en
cuenta que habitualmente la violencia física llega tras un proceso de violencia
psicológica y/o verbal, cuyo objetivo es anular a su víctima para poder
manipularla mejor. Afirmaciones del tipo “No vales nada”, “Sin mí no eres nadie”
que a base de repeticiones se interiorizan. Esto ocasiona que haya víctimas que
creen que se merecen los golpes, que es culpa suya, que han sido ellas quienes
han provocado esta situación. Y por ello, el porcentaje tan bajo de denuncias que hemos mencionado (de ahí y de otros factores como el miedo o incluso la vergüenza).
Por otra parte,
tenemos la suerte de que como hecho sociocultural que es, la violencia de género hace
décadas que intenta combatirse desde las instituciones
públicas, y también desde iniciativas privadas. Y entre todas estas iniciativas
(públicas y privadas), me gustaría remarcar “18 segundos”, una campaña en
la que 18 mujeres del mundo de la cultura, el arte y el deporte
han sido fotografiadas por Iván Hidalgo y el pintor mexicano Alejandro Marcos,
para representar la dimensión social de los malos tratos a las mujeres. Algunas
de esas imágenes son las siguientes:
Además, movimientos como el FEMINISMO tratan de conseguir la igualdad de la mujer y que ésta tenga la suficiente formación y el suficiente apoyo público para poder evitar o hacer frente a estas situaciones. Por ello, consideran que sería positivo introducir en la educación el análisis crítico de la situación de la mujer. Comprender cómo la discriminación de la mujer sigue siendo una realidad (salarios más bajos, dificultades en entrevistas de trabajo, violencia de género…). Y evitar que se sigan transmitiendo las ideas que hacen que las relaciones afectivas se vean como una relación de propiedad, de ahí la conocida frase de “la maté porque era mía”.
Es necesario tener
en cuenta qué van a aprender los jóvenes sobre las mujeres… ¿Queremos seguir
transmitiendo a nuestros alumnos, hijos o sobrinos que las mujeres tienen que
ser bonitas y dulces, y que su sitio siempre está por debajo de un hombre?
¿Queremos que interioricen que los chicos no lloran, que
son fuertes y que deben mandar? Actitudes como éstas son las que colaboran a
perpetuar la violencia de género. Por ello, es necesario que desde la educación
enseñemos a nuestros niños y adolescentes a convivir desde el respeto y la igualdad.
Debemos inculcarles que hombres y mujeres SON
IGUALES, que ambos son capaces de hacer las mismas cosas y que por tanto
merecen las mismas oportunidades… Pero sobre todo, debemos inculcarles que las
relaciones afectivas se basan en el amor, en el cariño, en el respeto, y que NO
se trata de una relación de propiedad. Eso sí, hay que remarcar que esta no es
solo una tarea de la educación, la sociedad en general debe colaborar.
Afortunadamente, se
intenta concienciar a la población sobre este tema cada vez más. Prueba de ello
es su salto a la comunicación de masas, concretamente, a la música y el cine.
En la música son numerosas las canciones que tratan el tema:
En la música son numerosas las canciones que tratan el tema:
Amaral,
“Salir corriendo”
Andy y
Lucas, “Y en tu ventana”
Bebe, “Ella”
Bebe, “Malo”
El
arrebato, “Mirando
pa’ ti”
Luz
Casal, “Un ramo de rosas”
Maná, “Ángel de amor”
Manuel
Carrasco y Malú, “Que nadie”
Merche,
“Abre tu mente”
No te
va gustar, “Nunca
más a mi lado”
Pasión
Vega, “María se bebe las calles”
Platero
y tú, “La maté porque era mía”
Víctor
Manuel, “El club de las mujeres
muertas”
Como decía más arriba, en el cine contamos también con cortos y películas que tratan este tema. Las películas
causan una sensación diferente a las canciones, puesto que el impacto visual de
las imágenes de violencia explicita y elementos como los gritos de la víctima o
los insultos del maltratador posiblemente sean más impactantes.
El color púrpura (1985)
No sin mi hija (1990)
Durmiendo con su enemigo
(1991)
La maté porque
era mía (1993)
Celos (1999)
Solo mía (2001)
María la portuguesa (2001)
Nunca más (2002)
Te doy mis ojos (2003)
Cicatrices (2005)
La lapidación de Soraya (2008)
Vindicación (2010)
Nagore (2010)
Y para finalizar os dejo tres enlaces de
artículos sobre violencia de género de tipo sexual.
Miedo, impotencia, rabia, rencor…
Miedo, impotencia, rabia, rencor…
No hay comentarios:
Publicar un comentario