Cuando en la calle la poesía parece estar de más es
que algo no funciona bien. Los problemas del mundo parecen ajenos a la poesía;
o más bien a la idea que tenemos de poesía, llena de belleza, ideales y amores
bucólicos. Sin embargo, la poesía también puede ser un instrumento eficaz para describir
el mundo actual y su problemática, así como para denunciar sus problemas e
injusticias. Es la llamada poesía social o de denuncia, que se dedica
justamente a eso, a denunciar los problemas sociales: la pobreza, la corrupción
política, los engaños de los bancos, la precariedad… pero también la
preocupación por el mundo que tenemos y que dejaremos a nuestras generaciones
futuras. ¿Qué podemos enseñarles si seguimos en silencio y bajo el yugo del
poder? La poesía, pues, se revela como el arma y el escudo con el que alzar la
voz y luchar.
Por algo se dice que hiere más la pluma que la espada. Ante las prohibiciones, las bolas
de goma y la represión, los jóvenes queremos ofrecer conocimiento, sensatez y
poesía. Y ese es el tipo de poesía que nos ofrece Calle de las Impertinencias, de la mano de tres jóvenes poetas, que
prometen mucho y darán mucho que hablar. Cada uno de ellos nos presenta un
poemario propio, personal y que no deja lugar a dudas del gran talento que poseen.