CONFESIONES

A veces me preguntan por qué no escribo poemas. La respuesta es sencilla… Yo no sé escribir poemas. Lo juro.

Yo no sé escribir poemas. No sé rimar, ni controlar los ritmos. Se me escapan las figuras retóricas. Aprendo la teoría pero nunca la práctica.

Yo no sé escribir poemas. Redondillas, cuartetos, pareados, versos alejandrinos… nada tiene sentido para mí. Los versos y las estrofas me parecen todos iguales.

Yo no sé escribir poemas. No sé hablar de dientes como perlas, los cabellos de oro me resultan incómodos, la ausencia de la amada un tópico démodé. El beatus ille una quimera en nuestros días (aunque a Fray Luis le encantase).

Yo no sé escribir poemas. Hablar de amores, describir la belleza. Denunciar la injusticia. Plasmar sentimientos en versos, sean amables o todo lo contrario.

Heinrich Heine and the Muse of Poetry,

Georges Moreau de Tours

Yo no sé escribir poemas. Mis musas no andan de vacaciones, ya están jubiladas. Y de nada sirve que las invoque o les haga ofrendas. Lirios, azucenas, claveles… ni siquiera un cordero a cambio de un poco de inspiración poética. Todo es prosa gris.

Yo no sé escribir poemas. Nunca supe de amores pastoriles. Ni de héroes y  bellas damas. Ni sufrí la angustia de la cárcel o el exilio. No vi morir mis ideas, ni morir a compañeros por ellas. ¿No viví lo suficiente, tal vez?

Yo no sé escribir poemas. Me falta el gen del poeta. El alma, el swing, el duende… ese “no sé qué que qué sé yo” que convierte a un poeta en un artista.

Yo no sé escribir poemas. Aunque me maraville leer sonetos de Lope y sufrir con la angustia de la Generación del 26. Aunque me duelan la muerte de Lorca y la impunidad de sus asesinos. Leer poemas es como viajar en el tiempo para mí, aunque yo no sepa escribirlos.

"Aunque me duelan la muerte de Lorca
y la impunidad de sus asesinos."
Foto de Lorca tomada por Luis Buñuel. 

Yo no sé escribir poemas. Mi yo poético está aletargado. O muerto bajo el peso de la prosa que me invade. ¿Es la enfermedad de la prosa?

Yo no sé escribir poemas. Pero sé que un verso puede atravesarte como una saeta certera. Sé que el poeta es alguien noble y de espíritu fuerte. Sé que un verso puede provocar más lágrimas que mil tormentos. Que puede provocar paz, alegría y hacer que uno reclame aquello que es “justo de toda justicia”. Y también sé que la poesía es el reflejo de la vida, de las pasiones del ser humano, de todas sus tribulaciones y miedos. Sé que un poema puede encerrar más verdad que mil discursos en cualquier plaza, auditorio o campo de fútbol. Sé que durante siglos la poesía ha sido valedora de amores e instrumento de preciosas declaraciones de amor (“Esto es amor, quien lo probó lo sabe”). Sé que la poesía es la expresión misma de la cultura y del alma humana.

Sé que el mundo sería peor sin poesía. Sin embargo, no podré aportar nada. Solo soy papel mojado, pues… yo no sé escribir poemas. 

Este texto puede leerse también en el Periódico mexicano La verdad: 
http://periodicolaverdad.mx/confesiones.html