Llevo
una venda en los ojos,
como pintan a la fe,
no hay dolor como esta gloria,
de estar queriendo sin ver
como pintan a la fe,
no hay dolor como esta gloria,
de estar queriendo sin ver
¡Piiiiiiiit! “Son las 6h de la mañana, ¡buenos días currantes!”
Radio-despertador, un día más… De un manotazo hago callar a la locutora de
radio con voz cantarina, maldiciendo al bendito espabilado que le dio el
programa de las mañanas y me desperezo con desgana. Me permito 5 minutos más en
la cama, y luego otros cinco, y otros cinco… y me quedo dormido. Cuando
despierto son las 9h. Estupendo, llego dos horas tarde, pero da igual. Tengo
una buena excusa.