“Y en primavera lancé mis
dados. Salieron seises y nos besamos”, recuerdo. Fue una gran primavera.
Nuestro amor floreció y la pasión se convirtió en nuestro hábitat. Durante el
verano empezamos a aburrirnos con la rutina playera. El gris otoño mató
nuestros sueños y nos volvió tristes. Maldigo el invierno en el que ella
apareció y se llevó tu vida. La primavera nunca volvió.
miércoles, 22 de julio de 2015
jueves, 16 de julio de 2015
DECLARACIÓN JURADA
dejé de quererte,
aunque siga queriéndote
más allá de la muerte;
y acaso no comprendas,
en esa despedida,
que, aunque el amor nos une,
nos separa la vida.
José Ángel Buesa
Por fin en
casa, las 16h. Estoy agotada, maldito calor. Menos mal que tenemos aire
acondicionado. “Ya estoy en casa. ¿Hola? ¿Juan?”. Parece que no está… ¿dónde
habrá ido? Da igual, seguramente estará en casa de su hermana, como muchas
tardes, jugando con los sobrinos pequeños. Voy directa a la ducha.
Nada como
una ducha refrescante para quedarse como nueva. Ahora una bata fresquita y como
una reina, oye. Pero… ¿qué es eso? Un sobre en la almohada… Ya está Juan con
sus detallitos románticos, es un amor. A ver qué dice esta vez. En el sobre:
“Para Marcela. Te quiero”. Aisss, es taaaaan mono. Voy a tener que inventarme
algo para animarle; desde que se quedó sin trabajo está muy apagado… A ver qué
dice la carta, ¡qué nervios!
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