lunes, 26 de junio de 2017

SEMANARIO MUJERES DE FICCIÓN

Los textos que a continuación se transcriben se publicaron en la fanpage del presente blog en la semana del 19 al 25 de Junio de 2017. Cada texto tiene como protagonista un personaje femenino de la literatura universal. 


LUNES_Bernarda Alba 
Al fin se ha muerto. Menudo bicho me he quitado de encima… años de un matrimonio tedioso, soportando toda clase de humillaciones y maltratos. Ahora por fin tengo el control. Y no habrá ya hombre que mande en mi vida. Me encantaría viajar y ver mundo, pero la moral impone un tiempo de luto. Con lo que odio el maldito color negro. Cuando entierras al segundo marido, el luto es algo completamente innecesario. Vestir de negro y encerrarse en casa, ¿para qué? El muerto no va a volver y los vivos sólo nos enterramos en vida con el luto.
¿Y mis hijas? Tan jóvenes, tan llenas de vida… ¡Se acabó! Me voy a hacer lo que siempre quise: ver el mar. Y mis hijas que hagan lo que quieran con su vida, ahora que aún no se han atado a nadie y pueden elegir.
 Que nadie crea al poeta cuando diga aquello de  “¡Silencio! Menos gritos y más obras. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas.”
Escribiré desde la playa.

MARTES_Electra
El siglo XXI es un lugar extraño. Las casas son enormes pero dentro de cada una hay otras más pequeñas, con lo que al final son enanas comparadas con las de mi época. Ya nadie viste túnicas, llevan el pelo de colores, las mujeres andan solas por la calle, no hay esclavos, cualquier pareja se besa por la calle sin que sea una falta de decoro… Y luego está eso que llaman tecnología, que consiste en todo un arsenal de trastos que hacen cosas que a veces son muy útiles y otras, tengo mis dudas. Escapan a mi entendimiento.
Pero lo peor ha sido descubrir que los médicos han dado mi nombre a una enfermedad. ¿Complejo de Electra? Según mis averiguaciones, lo sufren niñas que ven a su madre como una rival por el amor del padre. Yo no veía en mi madre a una rival, sino a ¡una asesina! Y como tal, recibió el castigo que merecía. ¿Simple, no? Y para reivindicar que se cambie el nombre a esta enfermedad, he creado una petición en ww.change.org. Así que por favor, échame un cable y firma, para evitar que se siga vilipendiando mi nombre.
Gracias amores XO 


MIÉRCOLES_Melibea
Hoy le he vuelto a ver a la salida de misa. Con esos brazos fuertes y esos ojos tan negros. Y me ha lanzado una sonrisa de las que dicen “TE AMO”, así en mayúsculas. Estoy segura de que mientras me veía salir del templo imaginaba una vida juntos, teniendo hermosos niños. Pero es imposible, soy quien sabes, amado mío. Maldita moral y maldita sociedad que me asfixia. Aquí viene Lucrecia.
             —     ¿Le diste mi nota? — inquiero nerviosa.
             —     Su amo no me dejó. Se la quedó y no hubo manera de que entendiese que era para su criado Pármeno.



El inútil de Calisto, siempre entrometiéndose en lo que no incumbe. O peor, siguiendo lo que Sempronio le dicta. ¿Dónde se ha visto que un señor haga lo que su criado manda? ¡Menudo pelele! Me temo que mi cita en el huerto no se producirá, ni podré ver a mi Pármeno querido hoy. Por su culpa. Cuando me lo encuentre le voy a cantar las cuarenta a ese botarate.
“Señora, alguien viene”. ¿Es posible? ¿Será mi amor?
Mi decepción no ha podido ser mayor al ver aparecer a Calisto con ínfulas de conquistador. El muy bobo se ha creído que la nota era para él. Menos mal que me he puesto en el papel de dama furiosa y ofendida y le he echado a patadas de aquí.
Esperemos que no vuelva.


JUEVES_Fermina Daza 
Cada vez que escucho un violín me acuerdo de Florentino Ariza. Menuda serenata me montó… aún siento vergüenza cuando se me viene a la cabeza. Todos los vecinos de la calle asomados, mientras él estaba clavado en mi puerta tocando y tocando el violín, arrancándole una melodía más triste que alegre. Entre pieza y pieza (de velatorio me atrevería a decir) gritaba algún “¡Fermina, amada mía!”. Y yo me removía en mi cama, negándome de plano a abrir la luz o bajar. Mi padre empezaba a plantearse sacar la escopeta para mostrarle el agradecimiento de la casa a su serenata cuando algún vecino picón le dijo “¿Quieres conquistar a la Fermina o enterrarla?”, pero él ni se percató. Ridículo, esa es la palabra que lo describe. Espero que no vuelva más, o al final tendré que echar mano yo misma a la escopeta de papá para que se largue, porque dudo mucho que un cubo de agua le disuadiera. Diosito, en serio, que no vuelva más.
Debería irme a vivir a Europa. El cólera nos está desquiciando a todos.


VIERNES_Finea
La dama boba me llamaron. Tan boba fui que conquisté al hombre más deseado, robándoselo a “la discreta Nise” y dejándole al petulante de Liseo ciego de amor por ella. Me enamoré y ese fue mi único maestro: Amor. Por leer sus notas aprendí a leer, por entender sus conversaciones aprendí de artes y ciencia. O al menos eso dijo el poeta. Pero la realidad fue otra. Yo ya sabía leer, danzar, artes y ciencias. Estudié todo en su momento y lo tenía bien aprendido. Me fingía boba, pues no quería que mi padre me casase con el primer noble engreído que quisiera aprovechar mi dote.
Pero Laurencio era un hombre demasiado interesante como para dejarlo escapar. Y aunque soy consciente de que su interés inicial era económico, en cuanto descubrió a la Finea discreta, simplemente se enamoró. Y mi plan surtió efecto.
Guárdeme el secreto, querido lector, y nunca sepa mi Laurencio que fui yo quien le conquistó.



SÁBADO_Juliette
¿Nunca han oído aquello de “Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos”? Pues mi historia e, inevitablemente, la de mi hermana se ajustan a la perfección a esta sentencia. Querido lector, borre la imagen que tiene de mí. La de libertina, la de viciosa, la de asesina, la de forrada a base vender su cuerpo. Sí, lo vendí. Y sí, pude vivir con cierta holgura. Pero de fortuna nada de nada. Y de viciosa, sólo al principio, cuando era muy joven y todo me resultaba nuevo y fascinante. Después, la vida me obligó a seguir por el camino que yo misma marqué, pues viendo la desdichada vida de mi hermana, preferí tener al menos una recompensa por mis sacrificios. 
Pero en los momentos de soledad no me sentía tan bien como pretendía aparentar ante la sociedad, esa sociedad que me llamaba puta pero a la que le encantaba follarme o simplemente pedirme cualquier atrocidad. Sin embargo, no me queda otra que mantener la máscara para mantener la vida. Así que vamos a ponernos extra de colorete, pintalabios rojo, sonrisa pícara y a la calle, que ya me espera el coche del Marqués. 

¡Allá vamos!


DOMINGO_Penélope
Y otro día más que pasa sin que aparezca Ulises. Estoy harta de tejer de día y destejer de noche. Y de espantar moscones. Y de mantenerlos, todos aquí viviendo en mi casa de gorra. Di que sí…
El único consuelo que me queda es el joven Cálix, que me ayuda a destejer y a soportar la soledad. Sobre todo por las noches, cuando el frío arrecia. Sus brazos jóvenes y fuertes me envuelven, y el peso de su cuerpo sobre el mío me dan el calor y la vitalidad para seguir soportando esta situación. Ulises tal vez regrese algún día, pero mientras tanto me niego a unirme a ninguno de estos patanes. Cálix es fantástico, pero no deja de ser un esclavo. Así que me consuela y divierte, pero nada más.
Cuando recorre mi cuerpo con sus enormes manos hace que me olvide de todo. En ese momento sólo importa la piel. Intenta mandar y ponerse autoritario, supongo que para compensar que en realidad es un esclavo. Y ha descubierto que me encanta, que no me importa ser la más dulce ni la más perdida. Al fin y al cabo, al día siguiente él vuelve a ser el esclavo que me sirve y yo la altiva mujer que espera a su marido, perdido en a saber qué guerra.

Y cuando los pretendientes gorrones me preguntan por mis ojeras, siempre digo que no duermo pensando en la suerte de mi pobre esposo…



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